Para alcanzar la plenitud en el trabajo es fundamental lograr una coherencia entre lo que somos y lo que hacemos. Ser conscientes de nuestras cualidades nos permite buscar un trabajo que encaje con ellas. De nada sirve ganar mucho dinero si existe una incoherencia entre nosotros y nuestro trabajo.
Las 5 claves más poderosas para encontrar la vocación y elegir tus estudios con acierto son:
- Explorar nuestros talentos. Preguntarse qué actividades hago especialmente bien y sin esfuerzo, qué conocimientos y habilidades tengo con los que puedo mejorar el mundo, qué cualidades personales me caracterizan (en este punto, si no se tiene claro, lo mejor es preguntar a quienes nos conocen qué fortalezas ven en nosotros).
- Identificar nuestras pasiones. Las actividades que nos entusiasman y nos llenan de energía cuando las realizamos son claras candidatas a convertirse en nuestra vocación. La pasión es un elemento imprescindible para poder brillar como profesional, por tanto, no debe subestimarse.
- Reflexionar sobre nuestro papel en el mundo. Analizar qué podemos aportar a la sociedad e imaginar a qué nos dedicaríamos si no nos importase lo que pensaran los demás, si no existiera el dinero o si el trabajo solo se ejerciese para lograr la realización personal.
- Repasar los valores que nos guían. Los valores son los principios que nos importan, aquello en lo que creemos y nos impulsa a actuar. Para reconocerlos debes preguntarte qué es importante para ti y qué es lo que más valoras de un trabajo. Por ejemplo, libertad, cooperación, creatividad, flexibilidad, respeto al medio ambiente, planificación, relaciones humanas…
- Preguntarse “para qué”. Es muy habitual ir con el piloto automático, sin pararse a pensar en la razón última por la que hacemos las cosas. Por eso, antes de tomar cualquier decisión académica, debemos preguntarnos “para qué”. ¿Para qué quiero estudiar esa carrera? ¿Qué motivos me impulsan a ello? ¿Para qué quiero dedicarme a esa profesión? ¿Qué me va a aportar? Introducir el “para qué” en nuestra vida nos ayudará a tomar decisiones.
Una vez realizados estos ejercicios de autoconocimiento e identificada el área qué más nos motiva, llega el momento de investigar todo el abanico de posibilidades. Existen numerosas titulaciones, por eso es preciso sumergirse en las páginas web de las universidades para recopilar toda la información posible de los grados que nos interesan: asignaturas, conocimientos que se adquieren, salidas profesionales, etc.
Siguiendo este método, los alumnos tienen más opciones de encontrar su vocación y matricularse en unos estudios afines a su perfil, una vez aprobada la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU). La temida nota de corte no debe ser un impedimento. Si un estudiante tiene claro lo que quiere hacer, pero no le llega la nota, siempre existen alternativas para alcanzar la meta. La orientación vocacional también ayuda a trazar una estrategia para conseguir la carrera soñada.